CRUZANDO FRONTERAS

Empezamos la subida hacia el paso Aguas Negras con muchas ganas y es que no hay nada mejor que una buena subida para poner otra vez a prueba las fuerzas y las piernas. Las primeras cuestas son muy suaves y los valles que cruzamos preciosos. Pasamos la primera noche a 2 km de la aduana argentina. A partir de aquí todo empieza a ser más dificil. El segundo día las pendientes crecen, sobre todo cuando llegamos a una parte de carretera que está en construcción. Pero al día siguiente la obra termina y los paisajes vuelven a ser tan impresionante que casi olvidas el cansancio. Agotados llegamos a la cima y posamos frente al cartel de nuestro tercer puerto de montaña de más de 4500 metros. Estamos más que satisfechos pero empieza a nevar, así que nos ponemos en marcha para afrontar la bajada. El ripio del lado chileno es mucho peor que él recorrido hasta aquí y la bajada no se disfruta. Esta noche la pasamos acampando en la pequeña playa de una laguna, junto a una familia que nos ofrece fajitas de pollo. 


Empezando la subida al paso



Uno de los lugares más bonitos del viaje

Tomando un descanso a 4000





El control de aduana para entrar oficialmente a Chile es lento y el viento en contra hace que tengamos que parar mucho antes de lo previsto. La suerte quiere que sea justo en la tienda de Hans y Rosa, una pareja encantadora que nos da la bienvenida a este país con un sitio para acampar, un plato de jureles al horno y una buena charla. Es la primera de muchas muestras de cariño que recibiremos en Chile y, ahora que ya llevamos unos días aquí podemos decir que es el país que mejor nos ha acogido. Esperamos poder devolver tanta amabilidad algun día. En un día muy largo pero bastante fácil llegamos a La Serena, ciudad costera donde nos esperan Julio y Carolina (Warmshowers). Como decía, nos reciben en su casa como a dos más de la familia, nos tratan tan bien que resulta muy duro tener que irnos. Julio nos da muchos consejos sobre la Carretera Austral, ya que hace muy poco que la ha recorrido en bicicleta. Ah sí, ha habido muchos cambios de planes en el recorrido. Después de mucha indecisión y de mirar las cuentas más de una vez, hemos decidido pedalear los más de mil kilómetros que desde Puerto Montt llevan al corazón de la Patagonia chilena, la ya mítica ruta 7, más conocida como la Carretera Austral. Para lograrlo antes de que termine la temporada de verano, es decir antes de abril, tendremos que tomar un bus desde Santiago pero no tenemos muy clara la ruta a partir de ahí, ya que hay varias opciones. 
Pasamos un par de día de total relax en La Serena, vamos a la playa y nos bañamos, aunque solo por pocos segundos, porque el agua está muy fría y pasamos muy buenos ratos con la familia de Julio, bebiendo vino chileno (bueno, por fin) y hablando de nuestra experiencia como cicloturistas. 


Por fin nos bañamos, aunque solo por un minuto

Con Julio, anfitrión estupendo!!