NORTE DE TAILANDIA
El calendario marca primeros de diciembre, pero los días aquí en Tailandia siguen siendo de lo más cálidos. Estamos intentando madrugar para evitar el calor del mediodía y seguimos teniendo suerte con los templos y hasta las estaciones de bomberos que nos permiten acampar por la noche.
El paisaje ha empezado a cambiar un poco, ya hay más colinas y más cuestas y pedalear por aquí se hace menos monótono que antes.
Para llegar a nuestro destino en el norte del país, hacemos una parada en Lampang, una ciudad sin mucho que ofrecer al turista pero donde nos alojamos en una casa de estilo tradicional Lanna y donde preparamos una caja de ropa de invierno para mandar a España.
En Chiang Mai merece la pena quedarse a descansar un par de días. Se trata de la ciudad más grande del norte de Tailandia, cuna de una de las civilizaciones más importantes de su historia, la Lanna. Su centro histórico, un perfecto cuadrado rodeado por una muralla y un foso, está repleto de templos, mercados, jardines y hoteles.
El Wat Chedi Luang es uno de los templos que más nos ha gustado y esta en el centro de Chiang Mai |
Un gran Buda Feliz |
Todo lo que quieras lo encontraras en este mercado |
Lo que pasa cuando llevas varios días en la carretera y paras a descansar en una ciudad es que tienes sensación de hambre todo el día…o por lo menos para nosotros es así. Pues Chiang Mai es un buen sitio para ir probando otras especialidades tailandesas y para encontrar por fin alguna panadería y pastelería. Vamos, que nos pasamos el día comiendo…
Nuestro destino es ahora la frontera con Laos. Esta ultima parte es muy montañosa, tenemos que subir un par de puertos con un buen desnivel, pero las vistas, como siempre, merecen todo el esfuerzo. En un pueblo a pocos kilómetros de la frontera nos quedamos un par de noches en casa de Kong, un chico muy simpático que se dedica al cultivo del café (aprendemos a tostar los granos en su taller) y nos hace sentir como en casa.
Acabamos de cumplir 1000 kilómetros de pedaleo |
Templo blanco en las afueras de Chiang Rai |
Nuestro visado caduca en pocos días, es hora de cruzar hacia un nuevo país, nuevas carreteras, nuevas aventuras… Tenemos que decir que Tailandia ha sido una muy grata sorpresa, nos ha enamorado desde todos los puntos de vista. Hemos disfrutado muchísimo de sus carreteras, nos hemos reído con su gente, hemos aprendido mucho sobre una cultura que desconocíamos por completo.