ATRAVESANDO LAS LLANURAS DE ECUADOR


Después  de un día de descanso en Baños, hay que seguir nuestra ruta hacia el sur. El camino que nos lleva a Puyo, en el oriente ecuatoriano, nos deja sin palabras: bajamos por la antigua carretera reconvertida en ciclovía, rodeados por ríos, cascadas, plantas de todo tipo y multitud de aves, entre ellas el Cóndor, emblema del país.

La iglesia de Baños de día
Y de noche


Es uno de los días más bonitos hasta hoy, tanto por las vistas como por la facilidad de la ruta, ya que casi todo es bajada. Único inconveniente las dos o tres tormentas tropicales que se nos caen encima, pero como descubrimos más tarde gracias al jefe de bomberos, estamos en la segunda ciudad más lluviosa del mundo... En Puyo nos encontramos con un amigo de la casa de ciclistas de Tumbaco y juntos visitamos La casa de los monos, un refugio de animales rescatados del mercado negro. Dormimos en el cuartel de los bomberos, a los que agradecemos el trato que han tenido con nosotros.


 

 




Al día siguiente, después de que diez personas diferentes nos dijeran que el camino de Puyo a Macas era todo plano, decidimos hacerlo en un día. A los pocos kilómetros nos damos cuenta del raro concepto que tienen los ecuatorianos de una etapa llana: un continuo sube y baja de 130km. Por suerte salimos a las 7 de la mañana y conseguimos llegar antes a de que anochezca. El camino es bonito pero estamos muy cansados y además aparece el último elemento que nos faltaba: el calor, un sol que no podemos combatir ni con una doble capa de crema solar.
Otra vez pasamos la noche con los bomberos.

Hoy hemos descansado de la bici pero no de las emociones fuertes. El autobús que nos ha traído a Cuenca, otra vez en la cordillera, ha tardado 8 horas y ha pasado por 60 km de carretera en construcción, con muchos baches y precipicios y a una velocidad temible. Hemos pasado mucho miedo por nuestras bicis que iban en el maletero. Por suerte han resultado ilesas y descansan aquí a nuestro lado en el Hostal El Cafecito. Resulta que en las ciudades turísticas a los bomberos no se les permite acoger a gente, cosa que siempre hacen y con mucho gusto en los pueblos más humildes. 
Hasta pronto...