PAISAJES DE OTRO MUNDO

El día 26 nos despedimos de nuestros amigos ciclistas para empezar nuesto tour en 4x4 en el sur de Bolivia. Teo, nuestro chofer y guía para los próximos dos días, nos recoge a las 9 de la mañana. A tres kilómetros del centro de Uyuni paramos en el Cementerio de trenes, un depósito de viejas locomotoras abandonadas y medio desguazadas. De ahi atravesamos un buen trozo de desierto dirigiendonos hacia el sur, pasando por el pueblo minero de San Cristobal, que tiene la mayor mina de plata actualmente explotada en el país. Poco después empieza el Valle de las rocas, mucho más grande de lo que pensabamos, con formaciones muy curiosas, como una roca en forma de condor, otra de puma etc...
La siguiente parada es la Laguna Turquiri, un espejo de agua cristalina con pajaros de varias especies, llamas pastando y con muchas rocas erosionadas por los vientos alrededor. Aqui Teo nos prepara la comida, la mejor en mucho tiempo: quinoa, ensalada de verduras cocidas y unos rollitos de pollo rellenos buenisimos.
Después de almorzar cruzamos al mirador del volcán Ollagüe, que está en erupción desde más de 50 años. Está lejos pero logramos ver la nube de vapor y gases que salen de la cumbre. Desde aqui empieza la parte de carretera intransitable en bicicleta. Entramos en un desierto con bastantes piedras, arena y empieza a soplar bastante viento. Paramos por varias lagunas, Cañapa, Hedionda, Chiarkota, Honda, todas llenas de flamencos de un espectacular color rosa que se dejan fotografiar mientras comen o descansan en esas tranquilas aguas. Las montañas alrededor son de mil colores y la verdad, no sabríamos decir cual de las lagunas nos gusta más.

Nos tenemos que despedir


El cóndor




Volcán Ollagüe






Entramos en el desierto de Siloli, en el que solo viven algunas vicuñas, para ver el famoso Árbol de piedra y ya llegamos a la última parada del día: Laguna Colorada. Como indica su nombre es un lago con un fuerte color rojo debido a una alga, que también es el alimento principal de los flamencos de aqui, que son de un rosa mucho mas intenso que los europeos. Nos tomamos muchas fotos en este lugar tán increible y nos dirigimos a nuestro hostal. Pero primero hay que registrarse y pagar la entrada de la Reserva Andina Avaroa, 150 Bs (como 20 dólares) cada uno. El hostal es un largo pasillo con 7 habitaciones, cada una con 6 camas (el número de viajeros por coche, normalmente) y 7 mesas. A nuestra llegada nos espera un termo con varios tipos de té y galletas saladas. Nosotros tenemos una habitación solo para los dos y nos preparamos para la cena, que otra vez es muy abundante y buena. El generador de la luz sólo se enciende de 8 a 10 de la noche, así que toca ir a dormir prontito.

Bajo el árbol de piedra






El despertador suena a las 4 y media, desayunamos medio a oscuras y salimos hacia el géiser Sol de Mañana. Creíamos haber visto las cosas más bonitas ayer, pero cada parada nos sorprende con algo nuevo y totalmente inesperado. Parece estar en otro mundo: fumarolas, pozas de agua y barro hirviendo y todo a casi 5000 metros de altura.
Ya estamos muy cerca de la frontera con Chile, pero todavía nos quedan por ver el Desierto de Dalí, llamado así por unas piedras que aparecen en medio de la nada y parecen haber sido puestas allí por el maestro del surrealismo, y por último las lagunas Blanca y Verde, con el imponente Volcán Licancabur de fondo. Laguna Verde tiene este color por la alta concentración de arsénico que contienen sus aguas, por eso no hay flamencos bebiendo aquí.
Nuestro tour con Teo ha terminado. Descargamos las bicis en la aduana Boliviana y nos despedimos. Después de unos 5 km empieza el asfalto y con él la bajada de 40 km hasta San Pedro de Atacama. El control de aduanas aqui es bastante más serio que en otros paises y hasta nos quitan unas peras que traíamos para merendar. En San Pedro nos vamos a quedar varios días para pasar fin de año.

Contemplando el géiser


Desierto de Dalí

Con Teo en Laguna Verde